PAOLO GUERRERO
Paolo Guerrero nació un 1 de enero de 1985 en la Lima Perú y de acuerdo con lo que su madre relata, Paolo demostraba sus dotes como futbolista, ella cuenta que: Los vecinos salían de sus casas para ver jugar a Paolo. Y cómo no iba a tener talento si el pequeño Paolo formaba parte de una estirpe de futbolistas.
Es internacional con la selección de Perú desde
2004 que juega como delantero, además de la cual es capitán y máximo goleador
histórico. Ha jugado con Perú el Mundial de Rusia 2018 y
la Copa América 2019,
donde llegó a la final y terminó como goleador del torneo.
MEJOR CENTRO
DELANTERO DE AMÉRICA
La IFFHS lo
incluyó en el equipo ideal sudamericano de la última década, siendo reconocido
como el mejor centrodelantero sudamericano entre los años 2010-2020 (integrando
el podio junto a Neymar y Sergio
Agüero). Además fue elegido el «mejor centro delantero de
América» en 2012 y 2017 por
el diario El País, 89 con
base en la opinión de más de doscientos periodistas de la región e integró
el Equipo Ideal de América esos
años. De la misma forma, la CONMEBOL lo
destacó en el equipo ideal de la Copa
América en las ediciones 2011, 2015 y 2019.
DESTINO LO LLEVÓ A ALEMANIA
Ahora
bien, el camino de todo caudillo suele ser difícil y esta no fue la excepción.
Tras hacer las inferiores con Alianza Lima, Guerrero tuvo que abandonar su patria
en busca de su sueño futbolístico. El destino lo llevó a Alemania en donde
junto a su compatriota Claudio Pizarro se enroló en las filas
de Bayern de Múnich, en el club bávaro su actuación fue modesta, pero
Paolo y a comenzaba a ser convocado con su Selección.
SU EXPERIENCIA EN EL
MÚNICH FUE LAMENTABLE
Tras su paso en Múnich el peruano
probó suerte con Hamburgo, su experiencia en el club fue lamentable y en
tres episodios Paolo marcó su suerte. El primero de ellos fue una lesión que
alejó de las canchas a Guerrero, el segundo fue una lamentable actitud hacia un
aficionado, al cual le arrojó una botella, y el tercero fue tal vez uno de los
peores momentos del peruano. En un partido ante Stuttgart el depredador del
área perdió la cabeza y le propino una brutal falta al arquero Sven Ulreich.
ESPERÓ SU CASTIGO
Tras
disculparse y esperar su castigo, a Paolo Guerreo no le quedó más que regresar
a su continente, y tal vez esa haya sido la mejor de sus
decisiones. Brasil parecía ser la morada de quién se
sentía exiliado por el futbol, pero la historia fue otra, el país
amazónico se convirtió en el trampolín para la carrera del delantero inca, además
de ello estaba relativamente cerca de su país, por lo que podía estar en
contacto con su familia y gestar una nueva batalla: ganarse el boleto al
Mundial.
SANCIONADO POR DAR
POSITIVO EN UN CONTROL ANTIDOPAJE
Parecía tener resuelto su combate, Paolo era
el líder de una selección que dependía de sí misma para clasificar al Mundial y
el repechaje ante Nueva Zelanda parecía el camino más accesible. Pero
como el mundo no es color de rosa, Guerrero recibió un duro revés, pues fue
sancionado por dar positivo en un control antidopaje, hecho que lo dejó
fuera de la final de la Copa Sudamericana y del repechaje.
MUESTRA VALENTÍA
En otra muestra de valentía, la Selección
peruana luchó sin su líder y logró obtener su boleto al Mundial. Paolo tomó
otro rumbo, mientras la selección se preparaba para Rusia 2018, él se
encontraba en Zúrich a la espera de la reducción de
su sanción. Paolo no se rendiría hasta ganar su
batalla, y lo logró. El caudillo disputó el Mundial de Rusia
2018, incluso pudo anotar en el partido ante Australia.
Al siguiente año, Paolo lideró de nueva
cuenta a un puñado de Incas en el campo, ha marcado 3 goles (uno en la tanda de
penales ante Uruguay) y dejado toda su calidad, carácter y orgullo en cada uno
de los partidos, incluido la goleada ante Brasil. Con quienes tienen una
cuenta pendiente en la final de la Copa América 2019.
PAOLO SE HA
CONVERTIDO EN UN CAUDILLO
Esa es la historia de quien se ha convertido
en un caudillo, pues a diferencia de los héroes quienes suelen ser
enaltecidos por sus gestas y nos son presentados como personajes intachables,
los caudillos tienen que llevar a cuestas sus errores y se
caracterizan por tener más de una derrota en su historial. Por si fuera poco,
ellos se plantean objetivos altamente ambiciosos y qué mejor ejemplo
de ello, que regresar de una sanción para liderar a una selección en la
búsqueda de cumplir su cometido, escribir con letras de oro su
nombre.